Agua de lluvia ¿Problema o solución? ¿Quién decide? (II)

Como se pudo ver después de los pocos resultados obtenidos en la cumbre de Copenhague, los ciudadanos no podemos esperar ni depender de los gobiernos para hacer algo por el planeta. Desafortunadamente los líderes mundiales obedecen y representan a demasiados intereses particulares como para preocuparse por hacer algo respecto al medio ambiente. Nosotros continuaremos con lo planteado en la entrega pasada, proponemos que nosotros como ciudadanos podemos ayudar a la preservación del planeta con un pequeño y continuo esfuerzo para modificar nuestros hábitos y costumbres.

Continuaremos con la explicación de cómo la cosecha del agua puede ser una solución fácil y viable para recolectar este precioso líquido y utilizarlo para ciertas tareas.



Como bien han comentado nuestros lectores en entradas anteriores, el agua que proviene de la lluvia, puede no ser apta para beber, ya que además de venir con algo de contaminación, también arrastra la suciedad de las superficies por las que pasa. Sin embargo, de acuerdo al destino y uso del agua que se captura, podrán aplicarse métodos de limpieza, filtrado y tratamiento que están disponibles comercialmente.

En todo caso, si el líquido no pasa por ningún tipo de tratamiento, puede utilizarse por ejemplo para regar jardines, el agua de lluvia contiene menos sales y minerales, y las plantas la aprovechan con mucho beneficio. Pero también se puede utilizar para otras actividades domésticas como para los escusados, para lavar los coches, ropa o algunas superficies como suelos o baños.

Además, la cosecha de agua de lluvia nos es “dada”, es un recurso “gratis” y gestionada por nosotros puede ayudar a reducir inundaciones y erosión, ya que al ser recolectada ayuda a que disminuya o se elimine la corriente de agua desprendida al entorno urbano, que causa taponamientos en el alcantarillado y desbordamientos.

Colectar agua pluvial puede ser tan fácil como poner un barril para que se llene con el líquido que cae, se pueden utilizar tinacos de lluvia, tanques, y cisternas. Cualquier recipiente grande y limpio como un tonel o bote puede utilizarse para colectar agua del techo o de un canal. El que prefiera un material más sofisticado, existen barriles diseñados especialmente para guardar agua de lluvia se venden en gran variedad de tamaños y están disponibles en tiendas especializadas.

Es importante resaltar que los barriles y cisternas guardan agua de lluvia para el uso futuro. Los tanques y barriles deben ser negros (opacos) para evitar que llegue la luz solar directa al agua, además deben permanecer tapados para que no se meta ni basura, ni mosquitos.

En cuanto a mecanismos más complejos, tanques y cisternas se pueden instalar o construir para colectar y guardar grandes cantidades de agua de lluvia de forma subterránea evitando usar espacios de patios y jardines residenciales. Se puede construir una cisterna subterránea con un sistema de bombeo simple, sistemas de filtrado, tratamientos purificadores y demás alternativas que dependen del espacio disponible, consumo esperado y presupuesto.

Así que, cosechar agua puede bastante sencillo (poner un tanque negro en el techo de un edificio o en el patio de una casa) o puede ser tan complejo como construir un sistema de recolección, la elección depende de las necesidades. Este tipo de acciones pueden significar una pequeña gota de agua, pero entre más gente empiece a hacerlo más significativo será. Nosotros podemos empezar a preparar nuestro futuro sin esperar solamente acciones de gobiernos o empresas, no podemos quedarnos con los brazos cruzados esperando tratados con nombres de ciudades, para los cuales no existe consenso, porque no representan votos ni ganancias a corto plazo. El hecho de ir cambiando ciertos hábitos puede que luego nos garantice mantener la salud, el bienestar y la vida, de los que disfrutamos en estos momentos. Por otro lado, puede ayudar a que en nuestro planeta continúe el ciclo de la vida eficientemente al reducir nuestra “Huella Urbana”.